A medida que se acerca el momento del
parto comienza la preocupación de sus amos, que es lógico debido al
cariño que sienten por ella; además cuando la
hembra es primeriza, la inquietud de cómo se va a desarrollar el
acto del parto es mayor. Hay que tener en cuenta que el nacimiento
de los cachorros, lo mismo que el de los seres humanos, y el de
todos los animales, es el fenómeno más natural del mundo, y solo se
necesita ayuda en raras ocasiones.
El período de parto normal oscila
entre doce a veinticuatro horas, y en algunos casos, principalmente
si son primerizas, el tiempo se puede prolongar hasta treinta y seis
horas. La
perra, como en la gata, una semana antes del parto la
temperatura corporal (medida en el recto) desciende 1º hasta
situarse en 37-38ºC, empieza a tener leche, la vulva suele ponerse
edematosa y con una ligera descarga vaginal, y puede tener un cambio
de comportamiento: búsqueda de sitios oscuros y apartados, inquietud
y construcción del nido.
El mecanismo del parto en la
hembra del perro se divide en tres fases
La primera
corresponde a la apertura del cuello del útero que queda listo para
la salida de los
cachorros. Este proceso puede durar hasta veinticuatro horas.
Durante este tiempo la hembra se comporta en forma anormal, anda en
círculos con pasos lentos y sin descanso, se recuesta en el suelo,
se rehusa a comer o beber (aunque algunas hembras muestran un
apetito voraz). Durante este lapso nada debe molestarla a su
alrededor. La primera fase corresponde a la apertura y relajación
del cuello del útero para la salida de los
cachorros. La hembra tiembla, jadea y puede vomitar. Los labios
vulvares se engruesan y se escapa por la comisura inferior un
líquido viscoso blanco-amarillento. Se pueden apreciar contracciones
uterinas, pero siempre de débil intensidad. La perra elige un sitio
tranquilo y oscuro, y prepara su paridera rompiendo trapos y
materiales; es conveniente proporcionarle elementos para que pueda
realizar ese trabajo, lo más usual es el papel de diario cortado en
tiras.
La segunda fase es
la de expulsión de los
cachorros. La hembra queda tumbada en posición sobre un lado,
con la cara dirigida hacia su abdomen y comienzan las contracciones
cada 2 ó 3 minutos, con mucho esfuerzo. Es el momento resolutivo del
parto!!!!!. La hembra queda tumbada en posición horizontal sobre un
lado, con la cara dirigida hacia su abdomen y comienza hacer
esfuerzos empujando con fuerza hacia el extremo posterior de su
cuerpo. Cuando comienza esta fase, la hembra debe quedar sola en
absoluto. La mayor parte de los propietarios, con toda su buena
intención, en especial con la perra primeriza, alteran a la hembra
al permanecer contemplando su trabajo o hablando en las cercanías y
esto sirve, solamente, para retrasar el proceso natural.
Hay que dejarla sola durante ocho horas. Si después de ese tiempo no
aparece ningún cachorro, en ese momento se llamará al Médico
Veterinario. Se deben considerar como anormales los intervalos de
descanso de más de 4 horas, o cuando no nace ningún
cachorro tras haber tenido muchas contracciones.
La tercera fase es
el mecanismo de esfuerzo que lleva consigo la salida de las
placentas y éstas, normalmente, salen más o menos inmediatamente
después del cachorro.
La
perra debe parir en su propio ambiente; si se intentara
albergarla en un ambiente extraño la hembra no se calmará, los
nacimientos se retrasarán y la camada entera puede perderse.
Un lugar ideal es la base de un
armario en la cocina y aquí debe colocarse una "cama" confortable.
La mayor parte de las cocinas tienen calefacción, y este factor es
importante debido a que una de las principales causas de la pérdida
de los
cachorros recién nacidos es la pérdida de calor después del
nacimiento; si no se cuenta con calefacción en el lugar donde está
la perra con sus cachorros, debe prepararse una caja o un cajón con
mantas y cubrirla durante la noche.
Con respecto a la alimentación
durante la lactación, la hembra debe comer una dieta rica en
proteínas y esto significa que ha de ingerir carne; como sustitutos
de valor se pueden emplear huevos, queso y la carne de pollo, además
de los alimentos que se le dan normalmente, o también un alimento
balanceado premium para
cachorros o hembras gestantes.
La idea de alimentar a la hembra después del parto con una dieta
líquida basándose en leche, para que ella misma produzca más leche,
es un concepto erróneo. Las proteínas forman la base vital para la
producción de leche y lo ideal para un animal carnívoro es la carne.
Resumiendo : se aconseja a los
inexpertos -en particular- que permitan que la hembra tenga los
cachorros en su ambiente propio, sobre un lecho de calor
constante, con mucha paciencia y sin interferir ni colocarse al lado
para vigilar durante sus esfuerzos de parto.
Fuente
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